Zidane se movía con la prestancia de un torero. Con una maestría y sofisticación técnica, él orquestaba el juego con fuego interior. Sus pases eran de una perfección pasmosa, como pinceladas magistrales en un https://theresalbuk630521.activablog.com/37654703/la-expulsión-de-zidane-tras-su-cabezazo-inolvidable